miércoles, 4 de enero de 2012

Los Stones tenían que protagonizar "La naranja mecánica"



Cuarenta años después del estreno de La naranja mecánica, pocos recuerdan que Stanley Kubrick pudo filmar una de sus cintas más impactantes gracias a que los Rolling Stones se retiraron del proyecto por un problema de agenda y acabaron revendiendo los derechos de la novela para el cine.

¿Cómo habría sido La naranja mecánica con Mick Jagger como Alex DeLarge y el resto de la banda -Bill Wyman, Charlie Watts, Keith Richards y Brian Jones- en el papel de los inquietantes “drugos” que bebían leche en el bar Milk More?

El director previsto era John Schlesinger y el proyecto pretendía dar un empujón a la carrera cinematográfica de Jagger, que estaba a punto de estrenar dos cintas llamadas al fracaso: Ned Kelly y Performance.

Aunque físicamente el cantante podría haber funcionado como el psicótico y ultraviolento protagonista, se puede casi afirmar que la historia del cine agradeció que las agendas no cuadraran, pues parece improbable que el tándem Stones-Schlesinger pudiera superar el resultado del que hoy es un clásico del cine y entonces una bomba de relojería.

Y, de hecho, el realizador declinó la oferta por tratarse de un filme demasiado polémico en su reflexión sobre la violencia. “No es la clase de temas que particularmente me gusta abordar”, aseguró entonces.

La naranja mecánica, el libro, es una de las cinco novelas que Anthony Burgess escribió deprisa y corriendo en 1961 para poder pagar la operación de su mujer, a la que habían diagnosticado un tumor cerebral.

Según el propio autor, es un libro prácticamente de encargo que se inspiró en la violación que su esposa sufrió en 1944, mientras él estaba sirviendo al ejército británico en Gibraltar. Y vendió los derechos para el cine con urgencia al productor Si Litvinoff por la nimia cantidad de 500 dólares.

En mayo de 2008, una carta de Litvinoff a Schlesinger descubrió este curioso proyecto que, además, pensaba contar no con la música de Beethoven que utilizó sabiamente Kubrick, sino con una banda sonora de Los Beatles.

“En cuanto leas el guión y la novela estoy convencido de que verás el increíble potencial que todos vemos en este proyecto”, le escribía Litvinoff a Schelsinger. “Esta película debería romper los moldes con su lenguaje, su estilo cinematográfico y su música”, proseguía el productor.

En la biografía de Kubrick se recuerda cómo Jagger mostró interés por el libro de Burgess, pero al final no pudo protagonizarlo.

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